Un mal día lo tiene cualquiera

Publicado por Ana Lógica , lunes, 28 de noviembre de 2011 22:30

... y uno bueno también. Así que deja de calzar esa impertinente indiferencia y abandónala en el último cajón del armario, ese que siempre esconde la camiseta que nunca te pones porque estaba olvidada.
¿Recuerdas aquella infusión alegre para días tristes de la que te hablé? Hoy te invito a merendar, pásate a la hora del té.


K. Frankenstein

Publicado por Ana Lógica , domingo, 20 de noviembre de 2011 18:19

No sé cuántas veces he deseado que aquel tal Víctor Frankenstein pudiese reanimarla y devolvérmela...





"Cerca de aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos"

De la escritura

Publicado por Ana Lógica , miércoles, 16 de noviembre de 2011 20:39

Acabaré por callarme, dejaré de repetir que nuestra lengua escrita ya no es más que una jerga de mendigos, empobrecida y piojosa, que han desaparecido todas las formas bellas, ricas, destacadas, cultas; que hace años que no encuentro en un artículo de fondo un futuro exacto, por no hablar de una frase rica, plena, de noble construcción, de fluir elástico, un párrafo con una estructura consciente, que vaya subiendo de intensidad con elegancia y se cierre con donaire. Sé que así son las cosas. Tal como han eliminado las aves del paraíso, los elefantes y los tigres reales de Borneo y todas aquellas islas, así también han aniquilado y extirpado todos los gritos, todos los bellos juegos y matices de nuestra amada lengua. Ya sé que es imposible salvar nada. Pero los errores directos, los crasos descuidos que no se rectifican, ¡la total indiferencia incluso por las reglas fundamentales de la lógica gramatical! Ay, señor, ahora, por vieja costumbre, comienzan una frase con un 'aun cuando' o 'por una parte', y al cabo de apenas un par de líneas olvidan las implicaciones, ciertamente poco complicadas, que supone abrir una frase de este modo, tergiversan la oración subordinada, se pasan a otra construcción; y todavía son los mejores, los que al menos intentan encubrir el escándalo con un guión, atenuarlo recurriendo a unos pequeños puntos suspensivos.


Herman Hesse, Rastro de un Sueño

Aire

Publicado por Ana Lógica , martes, 1 de noviembre de 2011 23:19

Le dije: -Sube a mi caparazón, te llevaré a un lugar que posiblemente desconozcas.
Necesito una tarde, no tengas prisa, soy un poco lenta y además seguro que me perderé por el camino...




..Ven, aquí podrás respirar..