Vértigo

Publicado por Ana Lógica , jueves, 21 de julio de 2011 18:45

..Viejas canciones, antiguos versos..

Que el Vértigo no pase, aunque Ismael cante lo contrario.
Habita en mí, y he aprendido que el vértigo no es el miedo a la caída, no es asomarse al balcón y creer desvanecer, no. Vértigo es la vorágine de lo que se abre ante nuestros ojos, aquello que nos seduce, nos impresiona, nos emociona... y despierta en nosotros el deseo de caer. No hablo de tentación. Me refiero por ejemplo a aquel "pasaba por aquí, ningún teléfono cerca y no lo pude resistir" del que Aute nos habló, esos minutos de vértigo ante la duda del timbre que has pulsado, los tonos intermitentes cuando al fin te has decidido a llamarle, la carta enviada sin retorno...
Cuando el silencio reina gratificantemente, cuando las puertas del tren deciden abrirse, cuando la canción acaba de empezar... siento vértigo, mi vértigo.

30 minutos y un gato

Publicado por Ana Lógica , lunes, 18 de julio de 2011 22:39

No necesito

Publicado por Ana Lógica , jueves, 14 de julio de 2011 17:39

No necesito del acorde incesante que expira de tus manos
cuando en tu intento de aprender a enamorarme con música,
suena mi llamada y te interrumpo,
y te empeñas en hacerte escuchar.

Ni canciones de amor en la almohada,
ni homenajes en prólogos de poemarios.
Y aunque vengas de extranjero y sin idiomas
a esta patria de mi cuerpo reducido,
te propongo sin palabras y sin excusa,
atraparte en lencería de ocasión.

Ni preciso terminar este poema para decirte
que en mis días te echo de menos...

..el tiempo pasa..

Publicado por Ana Lógica , viernes, 8 de julio de 2011 12:46




Tachando nombres de la lista de trovadores cubanos.. :)


Digamos Isabel...

Publicado por Ana Lógica , miércoles, 6 de julio de 2011 15:39

..ella con su jugo y yo con mi whisky. Ella da un resoplidito, como diciendo qué pesado (Celso, claro) y yo, por hacer algo, frunzo el ceño. Le digo que la he visto en "Sueñorreal" y que me parece que ella tiene condiciones para más, mucho más. -Es una porquería-, dice. Cuando habla, aunque sólo diga esa banalidad, su atractivo se multiplica por cinco o por diez. Sucede que cuando está callada, su expresión es muy dura, casi agresiva. Cuando habla, en cambio, se ablanda, se vuelve cálida. Se lo digo. -Así que sos buen observador-. No, generalmente no lo soy. Me ha gustado observarla a ella, eso es todo. -¿Por qué?-. Bueno, porque es linda (risita de ella, soplido mío), pero además porque tiene una mirada misteriosa (levanta las cejas), no de gran misterio, sino de misterio pequeño, breve. Suelta una carcajada, sin la menor preocupación por el maquillaje. -¿Así que misterio breve? ¿Y por qué breve?-. Porque en cualquier momento se disipa, se resuelve.
Los ojos oscuros le brillan. Me gusta también ese misterio que le inventé..



Mario Benedetti

La noche que dejó de soñar...

Publicado por Ana Lógica , lunes, 4 de julio de 2011 20:51

Sudaban las paredes y no es por los más de cuarenta grados que el termómetro señalaba como un estigma en sus brazos.
A Julia le sudaban las manos, la frente y la espalda; era un sudor frío, semejante a una tormenta de verano. Para colmo su gata Cleo se había apropiado de la almohada y un nudo seco se había instalado en su garganta.
Como fruta sin jugo había quedado, caída del árbol y pisada. No se conoce más dolor que el del alma.

Julia tendría ahora que soportar la cadena perpetua de su ausencia. Jóvenes, inocentes, eran felices y aún se querían como pocas parejas a día de hoy, pero el destino decidió doblar la tasa de alcoholemia esa noche haciendo estallar mil lunas del cristal delantero del coche.
La última detonó a las 4.37 de la madrugada justo antes de que el último latido falleciera y Julia recibiera una llamada al móvil a modo de despertar esquizofrénico.

De Luis poco volveremos a saber, de Julia más que a día de hoy sigue arañando sus brazos cada minuto que él le falta.

De tripas...

Publicado por Ana Lógica , domingo, 3 de julio de 2011 1:40

No había parado de caminar desde que se enteró de la noticia; no podía levantarse de la cama, obviamente caminaba en su cabeza, de aquí para allá, derritiendo planes, apartando ideas, quemando propósitos, borrando esbozos...
Tu habías imaginado toda una vida a su lado, bajito, sin que nadie lo supiera. Le susurraste canciones que ya conocía, olores que no evocaban más que recuerdos, lugares ya conquistados... ahora tenías que enterrar todos esos planes como si de un tesoro se tratase, para ti valían más que el mismo oro.

¡Cuidado! el viento pronto cambia de dirección... y se lleva tus naipes de corazones.