Publicado por Ana Lógica , miércoles, 4 de noviembre de 2009 23:27

Dibujaba en su cuaderno lo que representación más de su frustración personal, de su "yo que sé", sus "me da igual", su inseguridad y sus cambios de humor.
Un remolino negro y rojo, muy muy profundo como una ilusión óptica donde perderse, donde cualquiera se perdería... Ese era el problema, su vida era demasiado complicada, y lo era para cualquiera.
Ahora, al paso del tiempo, su cuaderno se llena de colores vivos y ella desprende un aura especial.




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